diumenge, 26 d’octubre del 2014

LEYENDAS Y MITOS GRIEGOS (1): EL CICLO CRETENSE. ALFABETO GRIEGO Y JEROGLÍFICOS EGIPCIOS


PRIMERA PARTE: Teseo y el Minotauro

I. Minos es uno de los hijos que tuvo Zeus, el padre de los dioses, con la joven Europa. El dios Zeus, para seducir a Europa sin que lo supiera su esposa, Hera, tomó la forma de un precioso toro blanco. Europa estaba jugando con sus amigas en una playa de la costa fenicia, cuando de repente ve al toro y, dejando sus juegos, corre hacia él. Como le pareció un animal dulce y manso, se acercó a él y, cuando le hubo tomado suficiente confianza, se subió a su grupa. El plan de Zeus se estaba cumpliendo según lo tramado. Tan pronto como Europa estuvo montada sobre el radiante animal, este de súbito se alzó, corrió hasta la orilla y nadó a toda velocidad por las aguas del Mediterráneo, llevando sobre su grupa a la aterida muchacha. Finalmente el toro se detuvo al alcanzar la costa de Creta. Llegados allí, Zeus recuperó su auténtica apariencia. Bajo la sombra de un platanero, se quedaron el dios y Europa. Meses más tarde, de esa unión nacieron tres hijos varones: Sarpedón, Radamante y Minos.

ACTIVIDADES. Párrafo I:
a)      Vocabulario. Da un sinónimo o explica el significado que tienen en el texto las palabras subrayadas: tomar forma, manso, tramar, de súbito, aterida, varones. Escribe una oración con cada una de estas palabras. Busca, también, en el diccionario cualquier otra palabra del texto cuyo significado desconozcas.

b)      Compresión lectora. A partir de la lectura del texto, responde a las siguientes cuestiones:
b.1. ¿Cómo se llama la esposa de Zeus?
b.2. ¿En qué se transforma Zeus para seducir a Europa?
b.3. ¿Quiénes son los tres hijos de Zeus y Europa?

c)      Buscar información.
c.1. ¿Quién es Zeus y de qué es dios?
c.2. ¿Es Zeus un marido fiel? Argumenta tu respuesta.
c.3. ¿De dónde es originaria Europa? ¿Por qué era famoso su hermano Cadmo entre los griegos?
c.4. ¿Que era para los griegos el Hades? ¿Qué ocupación o función cumplían allí los hijos de Zeus y Europa?
c.5. La tradición explica que Zeus engendró a estos tres hijos de Europa bajo un platanero ¿en qué población de Creta se dice que estaba ese árbol?

d)      Mapa. En el texto se explica que Zeus, convertido en toro, conduce a Europa desde su patria hasta Creta. Marca en el mapa del Mediterráneo Oriental (clica aquí) el punto final del viaje (la población donde se halla el platanero - mira en el ejercicio anterior); indica dónde está Grecia y dónde estuvo Fenicia; y, finalmente, marca con una flecha el recorrido del trayecto.



II. Con el tiempo, Minos se convirtió en el rey de Creta, la tierra en la que fue engendrado. Según Apolodoro (2ª mitad del s. II a.C.), un famoso escritor de mitos de la Antigüedad, Minos se casó con Pasífae, un personaje también de alta cuna, pues era una de las hijas de Helios, el dios del sol. Para acceder al trono, Minos tuvo que demostrar que contaba con el beneplácito de los dioses. Tras realizar un sinnúmero de sacrificios (a los dioses griegos les complace sobremanera que los hombres les muestren su devoción con sacrificios de animales), Minos solicitó a Poseidón que hiciera emerger de entre las aguas un inmenso toro, el cual después el propio Minos ofrecería en sacrificio al dios de los océanos. El pueblo cretense, cuando vio salir del mar el inmenso toro de Poseidón, no tuvo duda alguna de que Minos contaba con el apoyo de los dioses y merecía ser coronado rey de Creta.

III. Pero Minos, que no era precisamente un hombre de palabra, decidió no sacrificar el toro a Poseidón, incumpliendo así su promesa. Esto provocó la ira del dios que, irritado con el rey de Creta, decidió castigarle de un modo bastante curioso. Hizo que la reina Pasífae se enamorara del toro. Apolodoro lo narra del siguiente modo:
Enamorada del toro, [Pasífae] pide ayuda a Dédalo, un arquitecto que había sido desterrado de Atenas tras un asesinato. Éste fabricó una vaca de madera, la puso sobre unas ruedas, la vació por dentro, cosió sobre ella una piel de vaca que había despellejado previamente, y después de haberla dejado en el prado donde el toro tenía la costumbre de pastar, hizo subir a Pasífae en ella. El toro cree que se trata de una vaca de verdad y va hacia ella. Así es como Pasífae engendró a Asterión, llamado el Minotauro; era una criatura monstruosa con rostro de toro y cuerpo de hombre. Conforme a los oráculos, Minos lo hizo encerrar en el Laberinto que había construido Dédalo. Este laberinto era una morada con unos recodos tortuosos tales que en ella se vagaba sin poder salir nunca.

ACTIVIDADES. Párrafos II y III:
a)      Vocabulario. Da un sinónimo o explica el significado que tienen en el texto las palabras subrayadas: (ser) de alta cuna, un sinnúmero, sobremanera, devoción, emerger, irritado, morada, recodos, vagar. Busca, también, en el diccionario cualquier otra palabra del texto cuyo significado desconozcas.
b)      Compresión lectora. A partir de la lectura del texto, responde a las siguientes cuestiones:
b.1. ¿Quién fue Apolodoro?
b.2. ¿Cómo se llama la esposa de Minos?
b.3. ¿Por qué razón el dios Poseidón quiere vengarse de Minos?
b.4. ¿De qué modo Pasífae consigue confundir al toro?
b.5. ¿Cómo se llama el hijo de Pasífae y el toro? ¿Cómo es?
b.6. ¿Dónde encierra Minos al Minotauro? ¿Por qué crees que lo encierra allí?

IV. Sobre Dédalo volveremos más tarde. De momento, sigamos con la historia del Minotauro, fruto de la unión de Pasífae, la esposa del rey Minos, con el toro de Poseidón. Obviamente se trataba de un ser monstruoso, mitad hombre mitad animal. Además, era preciso alimentarlo con carne humana. Para ello, Minos aprovechó que tenía sometida la ciudad de Atenas, situada en la Grecia continental. A cambio de no asediarlos, Minos propuso a los atenienses que cada  año enviasen a Creta siete doncellas y siete mancebos que, una vez llegados a Creta, eran introducidos en el laberinto y servían de alimento al Minotauro. Pero he aquí que llegó un año en el que uno de los siete elegidos fue Teseo, el hijo de Egeo, el rey de Atenas. Has de saber que muy a menudo los mitos nos han llegado a través de los escritos de diversos autores antiguos, y no siempre todos cuentan las cosas exactamente de la misma manera. Así, según unos, Teseo fue escogido en el sorteo anual con el que se elegían por azar qué jóvenes irían a Creta para ser entregados al voraz Minotauro. En cambio, para otros autores fue el mismo Teseo quien decidió que ese año él sería uno de los siete mancebos, pues tenía el propósito de matar al Minotauro y así acabar con esa plaga que se cebaba con los jóvenes que tenían que ser el futuro de Atenas.

V. Recurramos de nuevo a otro autor antiguo, el historiador y mitógrafo griego Ferécidas de Atenas (s. V a.C.), que nos proporciona una de las versiones más antiguas del relato de la aventura de Teseo en Creta:
Cuando [Teseo] llega [a Creta] Ariadna, hija de Minos, enamorada del joven, está dispuesta a ayudarlo; le entrega un ovillo de hilo que había recibido de Dédalo, el arquitecto, y le recomienda que, una vez dentro [del Laberinto], lo ate al cerrojo que hay en lo alto de la puerta de entrada, que avance desenrollándolo hasta que llegue al fondo, y que, tras sorprender al Minotauro dormido y vencerlo, sacrifique los cabellos de su cabeza a Poseidón e inmediatamente regrese rehaciendo el camino a medida que vuelve a enrollar el ovillo.

ACTIVIDADES. Párrafos IV y V:
a)       Vocabulario. Da un sinónimo para las palabras o expresiones subrayadas en el texto: ser preciso, asediar (una ciudad), doncellas, mancebos, elegidos, voraz, cebarse con. Escribe una oración con cada palabra o expresión. Busca, además, en el diccionario cualquier otra palabra del texto cuyo significado desconozcas.

b)      Compresión lectora. A partir de la lectura del texto, responde a las siguientes cuestiones:
b.1. ¿Cómo se alimentaba al Minotauro?
b.2. ¿Quién era Teseo? ¿Con qué propósito va a Creta?
b.3. ¿Quién es Ariadna? ¿Cómo ayuda a Teseo en su misión?
b.4. ¿Cómo consigue Teseo matar al Minotauro y salir del Laberinto?


VI. Una vez fuera del Laberinto, Teseo buscó a Ariadna y, junto con los mancebos y doncellas aún no entregados a la voracidad del Minotauro, embarcó rumbo a su patria. Al caer la noche, decidieron pernoctar en la isla de Día: allí desembarcaron y se tumbaron sobre la arena de la playa. En este punto, la historia da un nuevo vuelco argumental


VII. De nuevo según el relato de Ferécidas, la diosa Atenea se presentó ante Teseo, y le ordenó que abandonara a Ariadna y que partiera de inmediato hacia Atenas. Él así lo hizo. A la mañana siguiente, cuando Ariadna se despertó, se vio sola y abandonada en la isla, víctima de la traición del hombre al que amaba y que le había prometido convertirla en su esposa y futura reina de Atenas. En ese punto de la historia tiene lugar una segunda intervención divina. Fue Afrodita la que se apareció a Ariadna para calmarla de su desolación: ha perdido a Teseo pero el Destino le preparaba un futuro mejor, pues va a ser rescatada por el dios Dioniso, quien la convertirá en su compañera y así le concederá una gloria eterna.


VIII. Mientras tanto, Teseo y sus compañeros proseguían su singladura hacia Atenas. Pero la historia no podía tener un final tan feliz, sino que la tragedia se abatió sobre Egeo, el padre de Teseo. Antes de zarpar a Creta, Egeo entregó a su hijo dos juegos de velas, uno de color blanco y otro de color negro. Cuando la nave volviera de Creta, Teseo debería izar las velas blancas en el caso de que regresase con vida. En cambio, las velas negras indicarían que el hijo del rey había perecido en el laberinto. Por lo precipitado de la vuelta, y también (según algunos autores) por la nostalgia que sentía por Ariadna, Teseo se olvidó de cambiar las velas negras que llevaba el barco desde su salida de Atenas. El rey, al ver volver el bajel con las velas oscuras, presa de una inmensa tristeza, se arrojó al mar para darse muerte. Desde entonces, ese mar recibe el nombre del rey: se trata del mar Egeo, que baña las costas griegas.





ACTIVIDADES. Párrafos VI, VII y VIII:
a)      Vocabulario.
a.1. Da un sinónimo para las siguientes palabras o expresiones, manteniendo el sentido que tienen en el texto: rumbo a, partir, tener lugar desolación, arrojarse. Escribe una frase con cada una de ellas. Haz lo mismo con cualquier otra palabra del texto cuyo significado no conozcas.
a.2. Explica el significado o da un sinónimo de voracidad, vuelco argumental y pernoctar.
a.3. Vocabulario marítimo. Explica el significado de embarcar, desembarcar, zarpar, izar las velas, singladura y bajel. Escribe una oración con cada una de esas palabras o expresiones. Buca también el significado de cualquier otra palabra que no sepas qué significa.

b)      Compresión lectora. A partir de la lectura del texto, responde a las siguientes cuestiones:
b.1. ¿Qué motivos habrían llevado a Teseo a olvidarse de cambiar las velas de su embarcación?
b. 2. ¿Por qué se suicida Egeo?

c)  Buscar información.
c.1. ¿De qué es diosa Atenea? ¿De qué ciudad es la divinidad patrona o protectora?
c.2. ¿De qué es diosa Afrodita? En atención a ello, ¿por qué crees que ayuda a Ariadna?
c.3. ¿De qué es dios Dioniso? Busca información en internet sobre su relación con Ariadna.
c.4. ¿Dónde se sitúa el mar Egeo (relaciónalo con los estados modernos que hay en la zona)?


ACTIVIDADES GENERALES (1ª PARTE)
1. Resumen del texto. Escribe la historia que has leído con tus propias palabras.

2. Las siguientes imágenes se refieren a pasajes del relato mítico que has leído. Numera las imágenes, identifica el tema de cada una de ellas y describe aquello que ves.


3. Expresión escrita. Ovidio (que vivió a caballo entre los siglos I A.C. y I d.C) fue un autor romano que escribió en latín, entre otras obras, el libro de las Heroidas. Se trata de una colección de cartas ficticias que diversas heroínas mitológicas o legendarias escriben a sus amantes después de que estos las hayan abandonado. El tono de los textos siempre es de lamento y queja por sentirse traicionadas. Redactar una carta de Ariadna dirigida a Teseo. La carta ha sido escrita por Ariadna en el momento de despertarse y hallarse sola en la playa de Día, y en ella la joven, además de reprender a Teseo por su traición, le explica cómo se ha sentido ella cuando se ha despertado y  se ha dado cuenta de que ha sido cruelmente abandonada por aquel que decía que la amaba.

4. Una vez redactado tu texto, puedes leer la carta de Ariadna a Teseo que escribió Ovidio (Heroidas, Epístola X: de Ariadna a Teseo). Al final del texto, encontrarás una actividad de comprensión lectora.
Me has mostrado que cualquier linaje de fieras es más tratable que tú. ¡A nadie podía haberme confiado peor que a ti! Las palabras que estás leyendo te las envío, Teseo, desde aquella playa de las que las velas se llevaron tu nave sin mí, y en la que para mi desgracia me traicionó mi sueño, y tú, que te conjuraste criminalmente con mi sueño.
Era el momento en que la cristalina escarcha comienza a salpicar la tierra, y las aves a quejarse, ocultas entre el follaje. Aún no despierta del todo, amodorrada por el sueño, moví mis manos, incorporándome, para abrazar a Teseo. No había nadie. Retiro mis manos y por segunda vez palpo y muevo los brazos por el lecho. No había nadie. Retiro mis manos y por segunda vez palpo y muevo los brazos por el lecho. No había nadie. Los temores sacudieron el sueño; aterrorizada me levanto, y mis miembros se lanzaron fuera del lecho solitario. Enseguida resonó mi pecho al golpe de las palmas y, según me encontraba, despeinada por haber estado durmiendo, me arranqué los cabellos. Había luna. Miro por si puedo ver algo que no sea la playa, pero mis ojos no tienen nada que mirar que no sea la playa. Unas veces hacia aquí, otras hacia allí y hacia ambos lados corro sin orden, y la espesa arena refrena mis pies de muchacha. Mientras tanto, cuando gritaba por toda la playa: “¡Teseo!”, los huecos roquedales me devolvían tu nombre, y cuantas veces yo te llamaba, te llamaba otras tanta el lugar mismo; el mismo lugar quería prestar ayuda a la desgraciada.
Había un monte; se divisan en lo alto unos pocos matorrales; desde ahí cuelga un escollo, roído por las sonoras aguas. Lo escalo. El coraje me daba fuerzas. Y así puedo medir con la mirada la alta mar en toda su extensión. Desde allí -pues también los vientos fueron crueles conmigo- contemplé los lienzos [se refiere a las velas] tensos por el arrebatado Noto [= un viento]. O los vi, o tal vez fue que creí haberlos visto. Me quedé más fría que el hielo y apenas viva. Pero el dolor no me deja languidecer por más tiempo. Me siento excitada por él; me siento excitada y llamo a Teseo con la fuerza de mi voz. “¿Adónde te escapas? -grito-. ¡Vuelve, criminal Teseo! ¡Da vuelta a tu nave! ¡No tiene completa su tripulación!” Eso dije. Lo que faltaba a mi voz lo completaba con gemidos. Los golpes que me daba se mezclaban con mis palabras. Para que al menos pudieras verme, si es que no me oías, mis manos agitándose te hicieron señales desde lejos. Y puse una tela blanca en una larga vara para avisar de ese modo a quienes se habían olvidado de mí. Pero ya te habías arrancado a mis ojos. Entonces, por fin, lloré, pues antes el dolor había paralizado mis ojos delicados. ¿Qué mejor podían hacer mis ojos sino llorar por mí, después que habían dejado de ver tus velas? Y deambulaba sola con los cabellos sueltos, como una Bacante impulsada por el dios ogigio [= el dios Dioniso], o bien me sentaba, yerta, sobre una piedra, mirando al mar, y era yo tan piedra como la piedra misma sobre la que me sentaba.
Una y otra vez vuelvo al lecho que nos había acogido a los dos, pero que no iba a mostrarnos nunca acogidos en él, y en vez de tocarte a ti, toco lo único que puedo, tus huellas y el colchón que tus miembros habían calentado. Me tumbo y sobre el lecho, que chorreaba de las lágrimas que yo había vertido, exclamo: “¡Dos estuvimos encima de ti, haz que volvamos los dos! Vinimos aquí juntos, ¿por qué no nos vamos juntos de aquí? ¡Lecho traidor!, ¿dónde está la mayor parte de mí?”. ¿Qué haré? ¿Adónde me dirigiré yo sola?
No está habitada la isla. No veo rastros de hombres ni de labor de bueyes. Por todas partes el mar rodea la tierra. Marineros por ningún sitio. Ninguna nave dispuesta a cruzar las dudosas aguas. Supón que se me ofrecen compañeros, vientos y una nave, ¿cuál será mi meta? Me está prohibido acercarme a la tierra de mi padre. Aunque me deslice felizmente en una nave a través de los mares en calma, aunque Éolo [nombre de un viento] modere los vientos, seré una desterrada. ¡No te volveré a ver, Creta, repartida en cien ciudades, tierra que conoció Júpiter cuando era niño! Pues a mi padre y a mi tierra, que mi justo padre gobierna, nombres para mí queridos, los he traicionado con mi mala acción; fue entonces, cuando te di a ti los hilos que, como guía, dirigieron tus pasos para que no murieras, una vez vencedor, en el laberinto lleno de curvas. Entonces tú me decías: “Por estos mismos peligros te juro que serás mía, mientras viva uno y otro de nosotros dos”. Vivimos, Teseo, si es que al menos estás vivo tú; y no soy  tuya yo, mujer que ha sido sepultada por la traición de su perjuro marido. ¡Ojalá me hubieras matado también a mí, malvado, con la misma clava con que mataste a mi hermano! La promesa que me habías hecho hubiera quedado solventada con mi muerte.

Ahora yo no sólo pienso en lo que he de padecer, sino en todo en todo lo que puede padecer una mujer abandonada. Se me vienen a la mente mil modos de morir, y la muerte implica menos sufrimiento que la demora de morir. Me imagino que de un momento a otro van a venir lobos, de aquí o de allí, prestos a desgarrar mis entrañas con sus hambrientos colmillos. ¡Quizás incluso esta tierra alimenta a rubios leones! ¿Quién sabe si esta isla no está habitada por sanguinarias tigresas? Y dicen que los mares arrojan enormes focas. ¿Quién impide que una espada atraviese mi costado?  ¡Con tal de que no sea atada como cautiva con dura cadena y no hile con mano esclava enormes montones de lana yo, que tengo por padre a Minos y por madre a una hija de Febo, y -lo que más presente tengo- que he sido a ti prometida…! Si veo el mar, la tierra y las extensas playas, muchas amenazas me vienen de la tierra, muchas del mar. Faltaba el cielo; pero temo a los fantasmas de los dioses. Quedo aquí como presa y alimento de rapaces fieras. Y si hay hombres que viven y habitan aquí, desconfío de ellos; he aprendido a temer, una vez herida, a los hombres extranjeros.
¡Ojalá viviera Andrógeo [= hermano de Ariadna]! ¡No hubieras tú entonces, tierra Cecrópide [= Atenas], pagado con funerales unos hechos impíos! ¡Ni tú levantada diestra, Teseo, hubiera dado muerte con el nudoso tronco al medio hombre y medio buey! ¡Ni te hubiera dado yo los hilos que te enseñaran el regreso, hilos recogidos una y otra vez por tus manos que los enrollaban! La verdad es que a mí no me sorprende de ningún modo que la victoria esté de tu parte, ni que la bestia, extendida, haya cubierto el suelo cretense. Tus entrañas de hierro no podían ser atravesadas por el cuerno; aunque no te protegieras, estabas bien protegido y resguardado con tu pecho. Ahí llevabas tú pedernales, ahí llevabas acero; ahí tienes a Teseo capaz de vencer a los pedernales.
¡Crueles sueños!, ¿por qué me mantuvisteis inmóvil? ¡Ojalá la eterna noche se hubiera abatido de una vez sobre mí! Vosotros también, vientos crueles y demasiado propicios, y brisas favorables para llanto mío; diestra cruel, que me has matado a mí y a mi hermano, y promesa que fuiste dada a quien te reclamaba, nombre vacío: contra mí se conjuraron el sueño, el viento y la promesa; una única muchacha, yo, he sido traicionada por ellos tres.
Así pues, no veré en el trance de mi muerte las lágrimas de mi madre y no habrá quien cierre mis ojos con sus dedos. Mi espíritu desgraciado marchará a unos aires extranjeros y ninguna mano amiga ungirá mis yacentes miembros. Las aves marinas se posarán sobre mis huesos insepultos; éste es el sepulcro que mereció mi generosidad.
Tú llegarás a los puertos de Cécrope [= Atenas] y, una vez acogido en tu patria, cuando te hayas puesto en pie, enaltecido por la aclamación de tu cortejo, y hayas contado puntualmente la muerte del que era toro y hombre, y hablado del pétreo laberinto, surcado por vericuetos, cuenta también que me abandonaste a mí en una tierra desierta; ¡no he de ser yo borrada de tus títulos! Ni Egeo es tu padre ni eres hijo de Etra, la hila de Piteo; las rocas y el mar te engendraron.
¡Quieran los dioses que me veas desde lo alto de tu popa! Mi triste figura conmovería tu rostro. Pero mírame también ahora no con los ojos, sino con la mente, por las olas que vienen y van. Mira mis cabellos sueltos como los de una suplicante, y mi túnica pesada por las lágrimas que ha absorbido como si fueran lluvia. Mi cuerpo tiembla como las mieses al soplo de los Aquilones [= nombre de vientos], y las letras, escritas por mi mano trémula, vacilan.
No te suplico ya por mis merecimientos, puesto que dieron mal resultado; no haya ningún agradecimiento para mi acción. Pero que tampoco haya castigo. Si no he sido yo la causa de tu salvación, no hay motivo, sin embargo, para que seas tú la causa de mi muerte. Estas manos cansadas de golpear mi triste pecho las tiendo, desdichadas, a ti a través de los anchos mares. Angustiada, te muestro estos cabellos que me quedan. Te ruego por mis lágrimas, que en tu conducta tienen su origen: ¡Haz virar tu nave, Teseo, y deslízate en dirección contraria con viento cambiado! Si muero antes, tú al menos te llevarás mis huesos.
Publio Ovidio Nasón, Cartas de las Heroínas. Madrid: Alianza (Biblioteca temática, 8296), pp.165-171
            (texto adaptado)


Actividad de Comprensión lectora
4.1. ¿Con qué gestos expresa Ariadna su dolor?
4.2. ¿Qué teme que le pueda suceder en la isla donde ha sido abandonada?
4.3. Al final de la carta, ¿qué suplica Ariadna a Teseo?



SEGUNDA PARTE: Dédalo e Ícaro


I. El personaje de Dédalo ya ha aparecido tres veces en el relato que acabas de leer. En primer lugar, fue él quien ideó y construyó el disfraz de vaca que Pasífae usó para seducir al toro de Poseidón. Más tarde fue también quien, por orden del rey Minos, edificó el Laberinto donde se encerró al Minotauro. Finalmente, según explica el texto de Ferécidas que has leído, él fue quien entregó a Ariadna el ovillo gracias al cual Teseo conseguirá salir del Laberinto. Así pues, la leyenda da una imagen de Dédalo como un ingenioso constructor, un hombre no solo de gran inteligencia sino además dotado de excepcionales habilidades para fabricar con sus manos cualquier cosa que se le encargara u ocurriera.

II. Apolonio de Rodas (s. III a.C.) explica que Dédalo había llegado a Creta después de que lo expulsaran de Atenas por haber cometido un crimen. Es otro escritor griego, Diodoro de Sicilia (s. I a.C.), quien narra con más detalles la historia de Dédalo en Atenas. Resulta que, en Atenas, Dédalo tomó como discípulo al joven Talo, su sobrino. Los problemas surgieron cuando Dédalo advierte que su discípulo tenía un talento que podía no solo equipararse al suyo sino incluso superarlo. Talo, él solo, sin la ayuda de nadie, inventó el torno de alfarero y la sierra metálica. Eso despertó, primero, los celos de Dédalo, y después su odio hacia el muchacho, al que acabó asesinando (según Apolodoro, lo precipitó desde lo alto de la Acrópolis de Atenas). Por ese crimen, Dédalo hubo de comparecer ante el tribunal del Areópago, el cual lo declaró culpable y lo condenó al exilio.

III. El exilio llevó a Dédalo hasta Creta, donde es acogido por el rey Minos. Sin embargo, no demostró ser un fiel huésped de su anfitrión. Como arriba ya se ha explicado, en dos ocasiones traicionó a Minos: ayudando a Pasífae a consumar su infidelidad, y dando a Ariadna el instrumento y la treta para que Teseo escapase del Laberinto. Esta última traición colmó la paciencia del rey, que decidió castigar a Dédalo encerrándolo, con su hijo Ícaro, en el Laberinto que él mismo había construido. Pero el ateniense de nuevo recurrió a su inteligencia y habilidad como inventor para salir del Laberinto. Usando las plumas que caían de los pájaros que sobrevolaban el Laberinto y la cera de las velas que daban lumbre al lugar, se las ingenió para construir dos pares de alas, uno para él y otra para su hijo. Ambos se ajustaron las alas a sus espaldas y, batiéndolas con fuerza, consiguieron levantar el vuelo. El plan de Dédalo parecía destinado al éxito: lograrían salir del Laberinto por el aire. Efectivamente, Dédalo e Ícaro huyen del Laberinto gracias al ingenio de las alas artificiales.

IV. Sin embargo, va a suceder algo que Dédalo no había previsto. Ícaro, emocionado por la sensación de estar volando, siente el deseo de volar más y más alto. Dédalo intenta disuadirlo, pero la juventud hace imprudente al joven, que desoye los consejos del padre. Sigue volando hacia lo alto, fascinado con la idea de llegar hasta el sol. Pero, al aproximarse al sol, el calor del astro derrite la cera que mantenía unidas las plumas y sus alas se deshacen. Perdidas las alas, Ícaro cae al mar y muere ahogado sin que su padre pueda hacer nada para evitarlo. Desde entonces, e igual como sucedió con el mar Egeo, ese mar tomará el nombre del difunto: los griegos lo denominarán mar Ícaro.





ACTIVIDADES (2ª PARTE)


a)      Vocabulario y lengua:
a.1. Da un sinónimo o una definición para las siguientes palabras o expresiones, manteniendo siempre el sentido que tienen en el texto: idear, edificar, ovillo, advertir, alfarero, comparecer (ante), exilio, huésped, anfitrión,  consumar, treta, colmar la paciencia, dar lumbre, ingeniárselas, ingenio, batir (las alas), levantar el vuelo, disuadir, desoír, difunto, denominar. Construye cinco o siete frases con algunas de esas palabras.
a.2. En el párrafo III, a quién se refiere el autor cuando habla del huésped y de su anfitrión.
a.3. Explica por qué al final de los  párrafos I y III aparece, respectivamente, la conjunción u en lugar de o, y e en vez de y.
a.4. Busca en el diccionario el verbo persuadir y relaciónalo con disuadir.


b)      Compresión lectora:
b.1. ¿Cómo describirías a Dédalo?
b.2. ¿Por qué motivo Dédalo fue expulsado de Atenas?
b.3. ¿Por qué decide Minos encerrar a Dédalo e Ícaro en el Laberinto?
b.4. ¿Cómo consiguen Dédalo e Ícaro escapar del Laberinto?
b.5. ¿Por qué muere Ícaro?


c)      Buscar información:
c.1. ¿Qué es un torno de alfarero? Explica cómo es y para qué se utiliza.

c.2. ¿Qué es la Acrópolis de Atenas? Y, ¿el Areópago? Infórmate también sobre qué tipo de crímenes se juzgaban en el tribunal del Areópago.

c.3. En la isla de Creta existió una cultura antiquísima que fue bautizada por los estudiosos con el nombre de minoica y en cuya capital, Cnoso, había un inmenso palacio. Hay quien considera que el Laberinto del mito se podría haber inspirado en el Palacio de Cnoso y sus múltiples pasillos y habitaciones. Busca en internet información sobre la cultura minoica y el palacio de Cnoso (en griego e inglés, Knossos), selecciona alguna imagen que te parezca especialmente interesante y descríbela.

c.4. Igual que sucede con muchos cuentos tradicionales, a menudo los mitos griegos también tenían su moraleja. Cuando se explicaba el mito de la muerte de Ícaro, ¿qué enseñanza en relación a la juventud te parece que se quería dar? ¿Qué opinas sobre el mensaje de esa “moraleja”? ¿En qué medida es o no es útil?

d) ¿Dibujamos? ¿Te ves capaz de dibujar un cómic (de una o dos páginas) sobre la historia o parte de la historia que has ido conociendo durante la unidad? Convendría que empezaras por hacer un borrador del cómic, con la historia repartida en viñetas e indicando los textos y dibujos que vas a incluir en cada viñeta. Una vez tengas el borrador, ya podrás ponerte a realizar el cómic.

TERCERA PARTE: Cadmo y la invención del alfabeto






I. Volvamos atrás en la historia y recordémonos de Europa, la joven fenicia que Zeus raptó tras convertirse en toro. El mito cuenta que, tras el secuestro de su hermana, Cadmo emprendió un viaje hacia el oeste, con la intención de reencontrarla y recuperarla. Después de vagar durante días y días sin resultados, Cadmo llegó a Delfos, donde el dios Apolo tenía un famosísimo oráculo. El joven fenicio pregunta al oráculo qué debe hacer y este le indica que está predestinado a fundar una ciudad, Tebas, en la región griega de Beocia.

Para los griegos antiguos, Cadmo era el fundador mítico y primer rey de Tebas. Su esposa era Harmonía, una divinidad, hija de de los olímpicos Afrodita y Ares. Cadmo había obtenido la mano de Harmonía por concesión de Zeus, después de que ayudará al padre de los dioses a vencer al monstruo Tifón. Pero esa es otra historia.

II. Lo que ahora nos interesa saber de Cadmo es que los antiguos griegos lo consideraban el inventor de su alfabeto. Antes de que él llegara, en tierras griegas no se conocía la escritura. El mito explica que, en el viaje tras la pista de su hermana Europa, Cadmo el fenicio enseñó a los griegos el arte de la escritura. Así pues, para los griegos la escritura era una técnica que les llegó de Oriente.

III. Heródoto, un escritor griego del siglo V a.C., intentando explicar la historia ya no desde el mito sino desde la historia, al final explica algo no muy distinto a lo que el mito transmitía: la escritura griega procedía de la fenicia y llegó a tierras helenas de la mano de un grupo de fenicios que se habían establecido en Beocia guiados por Cadmo. Heródoto, en el V libro de sus Historias, lo cuenta de la siguiente manera:
Y por cierto que, al instalarse en la región, esos fenicios que llegaron con Cadmo, introdujeron en Grecia muy diversos conocimientos, entre los que hay que destacar el alfabeto, ya que, en mi opinión, los griegos hasta entonces no disponían de él. En un principio se trató del alfabeto que siguen utilizando todos los fenicios; pero posteriormente, con el paso del tiempo, a la vez que introducían modificaciones en el sonido de las letras, lo hicieron también con su grafía. Por aquellas fechas, en la mayoría de las regiones, sus vecinos eran de raza jonia, y estos fueron quienes adoptaran las letras del alfabeto que los fenicios les habían enseñado, y las emplearon introduciendo en ellas ligeros cambios; y, al hacer uso de ellas, convinieron en darles (como, por otra parte, era de justicia (ya que habían sido fenicios quienes las habían introducido en Grecia), el nombre de “caracteres fenicios” (en griego phoinékia grámmata, φοινκια γρμματα, “signos o letras fenicias”). [Heródoto, Historia V, 58]

IV. La ciencia moderna asume lo esencial de esta historia como una explicación cierta del origen del alfabeto griego. Si apartamos los elementos míticos y legendarios (el personaje de Cadmo como introductor de la escritura en Grecia), es evidente que el alfabeto que los griegos empezaron a usar hacia el s. IX u VIII a.C. y que aún hoy emplean, tiene su origen en un sistema de escritura de origen semítico (los fenicios son un pueblo semita). Procede, pues, de sus vecinos orientales. Asimismo, no le falta razón a Heródoto cuando explica que los griegos tuvieron que modificar este alfabeto semítico para adaptarlo a las necesidades de la lengua griega. Por ejemplo, hoy sabemos que utilizaron signos de consonantes que en griego no existían para reproducir el sonido de las vocales del griego, ya que los alfabetos semíticos no suelen escribir las vocales.

V. Para ilustrar lo que se acaba de explicar, fíjate en las dos siguientes imágenes. En la primera, tienes la forma de las letras del alfabeto fenicio y sus nombres. A continuación, verás una tabla en la que se comparan las letras semíticas (alfabeto cananeo-fenicio), con las del alfabeto griego y las del latino. Por cierto, y para finalizar: el alfabeto latino es el que los romanos usaron para escribir su lengua. Es el alfabeto que hoy en día utilizamos para la mayoría de las lenguas europeas, y en su origen fue una adaptación del alfabeto griego.

   
VI. Tipos de escrituras. No todos los pueblos a lo largo de la historia han utilizado los mismos sistemas de escritura. Estos sistemas suelen clasificarse en tres grandes grupos: la escritura logográfica o ideográfica, la silábica y la fonética.

VI. Las escrituras ideográficas o logográficas son aquellas en las cuales los signos (que se llaman logogramas o ideogramas) representan palabras. Así, en principio, cada signo representa una palabra. Muchos de estos logogramas son o fueron inicialmente pictogramas: un dibujo que representaba de manera más o menos abstracta el objeto al cual representaban. Sin embargo, el problema surge cuando se tiene que representar conceptos o ideas. ¿Cómo se dibuja la felicidad o la paz? En este punto, aparecen logogramas más complejos, difíciles de interpretar a primera vista. Un ejemplo de escritura ideográfica sería la china, o bien uno de los sistemas de escritura japoneses (el kanji), que de hecho deriva de la escritura ideográfica china. En las imágenes que siguen, puedes comparar los signos para “agua” (en inglés, water) en ideograma chino y en kenji


VII. Un segundo tipo de escritura es la silábica. Los silabarios son sistemas de signos que representan sílabas, por lo que dichos signos suelen llamarse silabogramas. Ya hemos explicado que el alfabeto fenicio sería, de hecho, un silabario. También lo es, por ejemplo, la devanāgarī, el sistema de escritura más habitual entre los indios y paquistaníes. El sistema de escritura usado para la lengua árabe, que no anota las vocales, de hecho se aproxima más a un silabario que a la escritura fonética.  Por cierto que el árabe es otra lengua semítica, como el fenicio.


Escritura devanāgarī

VIII. Finalmente, un tercer sistema de escritura, el mejor conocido por nosotros, es el fonético, en el que cada signo (letra) en principio representa un sonido (fonema). Por lo tanto, sus signos se pueden denominar fonogramas. Este es el caso del alfabeto griego o del latino, que deriva del griego, como ya hemos explicado. También deriva del griego el alfabeto cirílico, que se utiliza para escribir diversas lenguas eslavas de Europa como el ruso, el serbio o el búlgaro. El alfabeto cirílico fue inventado por dos monjes, llamados  Metodio y Cirilo, en el s. X a.C. y con el fin de traducir la Biblia en lengua eslava: los monjes, luego convertidos en santos, estaban muy comprometidos en la empresa de evangelización de los pueblos eslavos.



IX. Recapitulemos lo dicho hasta ahora. Los tres sistemas de escritura se clasifican según el tipo de signos que utilizan. Hemos visto que estos signos reciben diferentes nombres según qué sea lo que representan. Si representan palabas, se denominan logogramas. Si representan sílabas, se llaman silabogramas. Finalmente, si representan fonemas (sonidos propios de una lengua) reciben el nombre de fonogramas. Asimismo, los sistemas de escritura se denominan logográficos o ideográficos cuando utilizan logogramas y se llaman silabarios cuando usan silabogramas. De todos modos, y como se verá con el ejemplo de la lengua egipcia, también hay sistemas que funcionan combinando diversos tipos de signos (logogramas, silabogramas, fonogramas, etc.). 

X. El sentido de la escritura. Otra cuestión interesante en torno a la escritura es el sentido de la misma. Escribir de derecha a izquierda o de izquierda a derecha es una mera convención, una decisión arbitraria que en algún momento se impone entre los usuarios de un determinado sistema de escritura. De derecha a izquierda se escribe en árabe. De izquierda a derecha se escribe la devanāgarī y los alfabetos griego, latino y cirílico. No obstante, cabe señalar que para la lengua griega no siempre fue así: en época muy antigua, algunos textos se escribieron con una dirección especial, conocida como “de giro de buey” (en griego boustrofedón, βουστροφηδν). Consistía en escribir la primera línea de izquierda a derecha; la segunda, de derecha a izquierda; la tercera, como la primera… y así sucesivamente, de modo que el sentido de la escritura recordaba el recorrido que haría un buey al arar un campo.   


ACTIVIDADADES (3ª PARTE)

a) Comprensión lectora. A partir de la lectura del texto, responde a las siguientes cuestiones:

a.1. ¿Por qué motivo Cadmo viajó desde Fenicia a Grecia?
a.2. ¿Cuál es el mensaje del oráculo de Delfos para Cadmo? Si no sabes qué era el oráculo de Delfos, intenta averiguarlo buscándolo en internet.
a.3. ¿Quién era la esposa de Cadmo? ¿Quiénes eran los padres de ella?
a.4. ¿Cuál es el origen del alfabeto griego según la ciencia moderna?
a.5. ¿Qué diferencia importante hay entre el alfabeto semítico de los fenicios y el griego? ¿Qué innovación debió introducir el alfabeto griego para salvar la dificultad que de ese hecho se derivaba?
a.6. ¿Qué pueblo creó el alfabeto latino? ¿De qué otro alfabeto procede?
a.7. Explica las diferencias entre la escritura logográfica, silábica y fonética. Da ejemplos de los tres tipos de escrituras.
a.8. ¿Quién inventó el alfabeto cirílico? ¿Con qué finalidad? ¿Qué pueblos europeos la utilizan hoy en día?
a.9. Explica qué es la escritura en boustrofedón.

b) Fíjate en los nombres de las letras del alfabeto griego e intenta imaginar por qué este sistema de escritura recibe precisamente el nombre de “alfabeto”?

c) De los tres sistemas de escritura (logográfico o ideográfico, silábico, fonético), ¿cuál te parece que tendrá un mayor número de signos? Y ¿cuál, un menor número? Razona tu respuesta.

d) Párrafo VI. Como se ha dicho, a veces los ideogramas no están lejos de ser pictogramas, de dibujos más o menos evidentes del objeto que designan. ¿Sabrías interpretar los logogramas para las palabras “protección” (protection) y “vida” (life) en kanji? ¿Su forma te evoca en algún modo el concepto que representan?


APÈNDICE: LA ESCRITURA JEROGLÍFICA DE LOS ANTIGUOS EGIPCIOS


I. La escritura jeroglífica, quizá la más antigua conservada (hay discusiones sobre si podría ser o no anterior la escritura cuneiforme mesopotámica) fue descifrada por el francés Jean-François Champollion (1790-1832). Champollion, siendo bastante joven, entre la primera y la segunda década del siglo XIX, consiguió descifrar la escritura jeroglífica egipcia a partir del estudio de la Piedra de Rosetta.
II. La Piedra de Rosetta es una piedra de granito oscuro en la cual se grabó un decreto de uno de los últimos faraones egipcios (Ptolomeo V, finales del s. II a.C.). La singularidad (y utilidad) de este documento epigráfico radica en que el texto del decreto aparece en tres versiones. Una, en lengua griega antigua (escrita, por lo tanto, en alfabeto griego). Y dos más en lengua egipcia, en este caso en dos sistemas de escritura diferentes: uno llamado escritura demótica egipcia, mientras que el otro son jeroglíficos egipcios.



Este documento, por ofrecer un mismo texto escrito en dos lenguas y con tres tipos de escritura, permite la comparación entre determinadas palabras, especialmente los nombres propios de los reyes. Ten en cuenta que los faraones de la dinastía de los Ptolomeos eran de origen griego y sus nombres también eran griegos. También es importante saber que en la escritura jeroglífica los nombres de los faraones aparecían dentro de una especie de cartuchos, por lo tanto, eran fácilmente localizables. Así pues, se sabía que los cartuchos de la Piedra de Rosetta debían de incluir en su interior la escritura de nombres extranjeros (no egipcios).


III. Inicialmente se pensaba que la escritura egipcia era logográfica, es decir, que los signos representarían ideas. Pero lo cierto es que, a pesar de contar con muchos signos, su número no era tan grande como suele serlo en los sistemas de escritura logográficos, en los cuales prácticamente se precisa de un signo para cada concepto.

Todo ello llevó a pensar a Champollion que podría tratarse de un sistema mixto, en el que los signos podían representar conceptos (serían entonces logogramas) o sonidos (sílabas o fonemas). Eso lo explicó, finalmente, en el año 1822, cuando definió los jeroglíficos egipcios como “un sistema complejo, una escritura que es a la vez figurativa, simbólica y fonética”; es decir, que combina logogramas, silabogramas, fonogramas, e incluso otro tipo de signos llamados determinantes. Incluso, sucede que un mismo signo pueda tener diversos valores o lecturas.

Pongamos un ejemplo:



a)     Este signo es un fonograma: representa un sonido parecido a la j del inglés jean, adjust o a la tg del catalán en metge.
b)    Pero también es un silabograma. Representa una sílaba trilítera (equivalente a tres letras), que sonaría, más o menos, jed (con la j representando el sonido del inglés jean o del catalán metge). Como silabograma, puede ser parte de una palabra, por ejemplo jedmedu (jed-medu): “palabra a decir”, “palabras que hay que decir” o incluso el verbo “decir o pronunciar una o más palabras”.
c)     Finalmente, se trata también de un logograma, que se leería jed y significaría “palabra”.

IV. Pero volvamos a la cuestión de los cartuchos. Si en ellos se escribieron nombres extranjeros, extraños pues a la lengua egipcia, lo más probable es que en ese caso se hubiera recurrido a signos fonéticos: los signos representarían sonidos. No ocurriría lo mismo con nombres egipcios de  faraones. Por ejemplo, el antropónimo Amenhotep estaba formado por dos palabras egipcias: una era el nombre del dios Amón (mn), la otra (pt) significaba “satisfacción”. Amenhotep significa, pues, algo como “Amón está satisfecho”, y podía ser escrito con un logograma que se leyera “Amon” seguido por otro que representara la palabra “satisfacción”. Por el contrario, los nombres de monarcas egipcios de origen griego, como Ptolomeo o Cleopatra, no significan absolutamente nada en lengua egipcia y, por lo tanto, no es posible descomponerlos en logogramas. Entendió entonces Champollion que forzosamente los nombres griegos de los faraones que estaban localizados dentro de los cartuchos, deberían de estar escritos con fonogramas, signos que representaran sonidos. El paso siguiente consistió en identificar los signos con que se escribían en jeroglíficos egipcios los nombres de dos reyes que en el texto griego se llamaban Ptolemaíos y Kleopátra.


Actividad: lectura de jeroglíficos egipcios


Actividad 1. A continuación, y siguiendo los pasos de Champollion, vas a descifrar el texto de dos cartuchos de la Piedra de Rosetta.


En estos dos cartuchos, están escritos en escritura jeroglífica los nombres de un rey y una reina egipcios, cuyos equivalentes en griego son Ptolemaíos (cartucho A) y Kleopátra (cartucho B). Para ello, has de tener presente las siguientes indicaciones:

  1. A veces no se escriben las vocales.
  2. Dirección de la escritura: en este caso es de izquierda a derecha. La manera de saber en qué dirección está escrito un texto es mirar “de cara” algún signo que represente un animal  y empezar a leer desde ese punto hacia la dirección contraria. Si hay un signo colocado sobre otro, se lee primero el que está encima y luego el de debajo.
  3. En el cartucho B aparece el nombre de una celebérrima reina egipcia, cuyo nombre en griego antiguo era Kleopátra. El último signo de este cartucho es un huevo e indica que el personaje de quien se habla es una mujer. Se trata, pues, de un determinante y no hace falta transcribirlo. Los determinantes son signos que aportan información morfológica o semántica sobre la palabra que las precede.
  4. El cartucho A incluye el nombre del rey que en griego se llamaba Ptolomaíos. Tras su nombre, se escribió una fórmula ritual: “vive siempre, por Ptah amado”. Ptah es un dios del antiguo Egipto.
  5. Gracias al copto, que es la última versión conocida de la lengua de los antiguos egipcios, podemos reconstruir aproximadamente la forma de las últimas palabras del cartucho A. Son las siguientes:
    • ang, que traduciremos por “vive”. En el cartucho esta palabra se escribe mediante un logograma, el cual representa la “llave de la vida”. Este símbolo se reencuentra en muchos amuletos egipcios.

    • zhet, escrito con dos fonogramas y sin representar la vocal. La palabra se lee tras el ideograma ang.
    • Ptah, como ya se ha dicho es el nombre de un dios. Escrito después de zhet y sin la vocal.
    •  meree, que traduciremos por “amor” o “amado”. Está escrito con un silabograma trilítero (mer) seguido por dos fonogramas idénticos (que representan el fonema e).
  1. Lo que se lee en el cartucho A delante de ang, es el nombre del faraón, escrito con signos fonográficos. El primer signo del nombre de Ptolomeo, tiene que ser una P. Sabes, además, que el mismo nombre es la quinta letra del nombre de Cleopatra. Con eso ya tienes dos letras transcritas.
  2. Hay otras dos letras compartidas (una vocal y una consonante) por ambos nombres: localízalas y trascríbelas. ¿Cuáles son?
  3. Además, en el nombre de Cleopatra hay una letra repetida: localízala.
  4. Para transcribir las demás letras, puedes utilizar el siguiente cuadro con los valores fonéticos de los signos jeroglíficos.


Actividad 2. Inténtalo ahora con otro cartucho, que también contiene el nombre de un famosísimo personaje de origen griego.




a)       Primero, identifica la letra que se corresponde con los nueve signos y escribe el resultado. Ten en cuenta que la única vocal escrita es aquella con la que comienza su nombre.
b)      Buscar información. ¿A qué importante personaje de la historia de Grecia y Egipto se refiere? Una pista: infórmate sobre un general griego de la segunda mitad del s. IV a.C. que llegó a conquistar Egipto y en cuyo honor allí se construyó una gran ciudad.
c)       Redacta un brevísimo texto biográfico en el que expliques quién fue ese personaje y cuál fue su relación con Egipto.

Si quieres saber más sobre Champollion y el desciframiento de la Piedra de Rosetta, puedes leer el siguiente artículo de Fernando Conde Torrens que encontrarás en la red: 
O leer un libro que te iniciará en la escritura jeroglífica. El autor es el egiptólogo francés Christian Jacq, su título en castellano es El enigma de la piedra y fue publicado por la editorial Plural en el año 2000.


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